En la localidad fronteriza de Aguas Blancas, ubicada en la provincia de Salta, Argentina,

 se han difundido denuncias sobre posibles maniobras irregulares en el proceso electoral. Según relatos que circulan en redes sociales, en dicha zona se registraría una población real de alrededor de 3000 ciudadanos argentinos, mientras que el padrón electoral contaría con más de 5000 personas habilitadas para votar. Esta diferencia ha levantado sospechas respecto de la transparencia del proceso.

Asimismo, se acusa a sectores vinculados al kirchnerismo de facilitar la entrada de ciudadanos bolivianos para que participen en los comicios locales. Las denuncias afirman que, a cambio del voto, se habrían ofrecido beneficios como acceso gratuito a la salud y promesas de viviendas. Estos señalamientos se enmarcan dentro de una crítica más amplia al clientelismo político, en el cual se intercambian favores o bienes por apoyo electoral.

Si bien no hay una declaración oficial que respalde o desmienta estos hechos, la situación resalta la necesidad de mecanismos de control más estrictos sobre los padrones electorales, en especial en zonas fronterizas, así como una mayor vigilancia del uso de recursos públicos en tiempos de campaña.