
Este 18 de mayo no es una elección más. En juego no está solo un cargo, sino el rumbo que tomará la Ciudad y, en consecuencia, el país. La disyuntiva es clara: kirchnerismo o libertad. No hay espacio para la tibieza ni para los disfraces progresistas.
Necesitamos consolidar el modelo de Javier Milei en la Ciudad, con ideas claras, coraje para enfrentar a las mafias políticas y decisión para ponerle fin a décadas de acomodos y clientelismo. Basta de la misma receta de siempre: impuestos altos, burocracia, estatismo, privilegios para pocos y miseria para muchos.
Los que hoy se disfrazan de opositores ya fueron parte del sistema. Son funcionales a un modelo que fracasó. Milei representa lo nuevo, lo disruptivo, lo que no se arrodilla ante el poder ni negocia con los de siempre.
Este 18 de mayo, votamos por el futuro. Votamos libertad.



memoria, conciencia y cambio


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